Descripción
En este libro, Esther Marchán tiene la valentía de hablar del dolor y de la muerte. Marchán se aleja de las voces que intentan negar a los niños el derecho a la tristeza. No se puede evitar hablar de la muerte, pues es parte de la vida; hay que respetar la tristeza de las niñas y de los niños. Cuando el dolor aparece no hay que ignorarlo, hay que hablar con ellos, escucharlos y buscar aliviar el duelo. La caja de los recuerdos nos da esa oportunidad al contarnos una historia de amor, pérdida y consuelo. (Rubén Silva)
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